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Margarita Núñez Álvarez es conocida como La Abuela Margarita, descendiente de las culturas maya y chichimeca, es curandera y guardiana de la tradición maya, se crió con su bisabuela, que era curandera y milagrera.
Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra.
Practica y conoce los círculos de danza del sol, de la tierra, de la luna, y la búsqueda de visión. Pertenece al consejo de ancianos indígenas y se dedica a sembrar salud y conocimiento a cambio de la alegría que le produce hacerlo, porque para sustentarse sigue cultivando la tierra.
Conocida y respetada entre los círculos indígenas de todo el mundo, es originaria del norte de México y se ha convertido en una vocera de la mujer, dejando perplejas multitudes frente a los temas de amor, tierra, transformación y vida.
La Abuela Margarita ha sido convocada desde todos los extremos del planeta para que su palabra sea oída. Proclama los valores de la mujer como generadora y transformadora de la sociedad, y lleva con su palabra de tradición y como guardiana del origen, a nuevas miradas del mundo y de la vida.
Ha realizado giras por diversas partes del mundo atendiendo invitaciones hechas por entidades y personas que quieren llevar su mensaje a sus comunidades.
La Abuela dice:
La Abuela dice:
“Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego.
Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella.
Nuestro origen es la madre tierra y el padre sol. He venido para recordarles lo que hay dentro de cada uno.
“Yo no enseño nada; la sabiduría está en cada uno. Yo solamente les ayudo a recordar que el desarrollo del ser humano va paso a paso y cada etapa de la vida tiene su propósito... Que la experiencia de vida es valiosa a cualquier edad y compartirla transforma la sociedad... Que después de los 65 años somos oro molido para la humanidad...
Que adquirir mayor comprensión de unidad y armonía entre lo femenino y lo masculino nos permite cambiar la forma de relacionarnos para transformar nuestro mundo conocido.
Cuando viaja en avión y las azafatas le dan un nuevo vaso de plástico, ella se aferra al primero: 'No joven, que esto va a parar a la Madre Tierra'.
Rezuma sabiduría y poder, es algo que se percibe con nitidez. Sus rituales, como gritarle a la tierra el nombre del recién nacido para que reconozca y proteja su fruto, son explosiones de energía que hace bien al que lo presencia; y cuando te mira a los ojos y te dice que somos sagrados, algo profundo se agita.
¿Dónde vamos tras esta vida?
¡Uy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. Las muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres.
¿Cómo que si quieres…?
Te lo puedes llevar.
¿Y para qué quieres el cuerpo?
Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos.
Ya se la ve a usted sabia, abuela.
El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar.
¿Con quién?
Con el fuego. 'Yo estoy en ti', me dijo. 'Ya lo sé', respondí. 'Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?', dijo. '¿Cómo lo hago?', pregunté.
Interesante conversación ...
'Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?'
Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija. El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. 'Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan'. Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: 'Ahora me voy a descansar'. Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías…
Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: 'Al anochecer vengan a por mi cuerpo'. Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle, la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá?
¿Qué hizo?
Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: 'Habla de mí', así que le voy a hablar de ella.
Su hija, ¿también decidió morir?
Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido.
¿Qué merece la pena?
Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. '¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?', decían.
Aquí la tierra se explota, no se venera ...
¡La felicidad es tan sencilla! Consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.
Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido.
La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…
La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…
¿...?
Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.
Hay muchos creyentes que ruegan a Dios y Dios no les concede ...
Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros.
Mientras no te empaches de ti mismo ...
Debemos utilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.
¿Desde cuándo lo sabe?
Momentos antes de morir mi hija me dijo: 'Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré'. Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible?
Sí.
Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: 'Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos'. Creo que ese tiempo ha llegado.
Fuente: Ima Sanchez - Diario La Vanguardia
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